Transcribo aquí mi intervención ante los medios de comunicación
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El próximo 3 abril los andaluces tenemos una cita en la calle contra las políticas de austeridad de la UE. El lema de esta movilización es «un nuevo rumbo para Europa«.
¿Por qué tenemos que movilizarnos? Porque más de cinco años después del inicio de la crisis los ciudadanos europeos siguen, seguimos, sufriendo a causa de las incertidumbres económicas y sociales. Por eso es necesario salir a la calle y secundar una convocatoria que impulsa la Confederación Europea de Sindicatos y que, aquí en Andalucía, se materializará en manifestaciones en todas las capitales de provincia el próximo jueves 3 de abril. Contra las políticas regresivas de austeridad de la UE. Contra la brecha que están abriendo entre los que más tienen y los que menos. Contra los empleos precarios y de baja calidad. Contra la sangría en el empleo.
¿Qué pedimos? Exigimos un nuevo rumbo de Europa para el marco de las próximas elecciones al parlamento europeo. Pedimos un plan de inversiones para crear empleo estable y de calidad. Una inversión durante 10 años del 2% del Producto Interior Bruto que pueda generar, nada más y nada menos, que once millones de empleos. Y empleos de calidad en un ambiente en el que se respete el papel de las organizaciones sindicales así como la voz propia de los trabajadores. Ese es uno de nuestros objetivos: alcanzar once millones de empleos con la inversión del 2% del PIB, 250.000 millones de euros.
Somos conscientes de que estamos hablando de una gran inversión, de un número elevado de euros pero no es menos cierto que es bastante menos de lo que han invertido los Estados para rescatar a las entidades financieras: un billón de euros. Con una sola cuarta parte de ese billón lograríamos crear esos 11 millones de puestos de trabajo de calidad.
Exigimos un plan de inversión sostenible y de calidad. El desempleo crece, crece y crece y ahoga a los más jóvenes. Hoy, 26,5 millones de europeos están en paro y 5,7 millones de ellos son jóvenes menores de 25 años. Son nuestros jóvenes y renunciar a lograr un empleo para ellos es acabar con nuestras posibilidades de futuro.
Pedimos respeto y promoción de la negociación colectiva y del papel de las organizaciones sindicales. Una política económica basada en la investigación, el desarrollo, la innovación y la justicia social. Es imprescindible invertir en políticas de igualdad porque la brecha salarial entre hombres y mujeres sigue creciendo. Necesitamos dar una vuelta de tuerca a las políticas migratorias, evitar y arrojar fuera la xenofobia y el racismo. Cuidar de la población inmigrante para que también ellos tengan empleos de calidad.
El objetivo, en definitiva, es luchar contra un sistema que pone a los trabajadores a competir sobre la base de la reducción de los salarios, de condiciones de trabajo mediocres, de protección social insuficiente y de una fiscalidad injusta. La política de empleo europea no puede basarse en el trabajo precario y en las desigualdades. No se puede competir con salarios bajos porque no se fomenta el consumo.
Carmen Castilla
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