Manifestación en Sevilla, 3 de Abril
Este jueves miles de andaluces nos hemos movilizado para demostrar que estamos hartos y que nada ni nadie podrá pararnos para rechazar en la calle los recortes, la política de austeridad y asfixia y exigir una Europa social distinta, más solidaria e igualitaria. Por mucho que digan, por mucho que intenten callarnos con amenazas, coacciones o leyes restrictivas… aquí estamos, de forma pacífica y organizada. Sin violencia como pretenden estigmatizar a aquellos que salimos a la calle a defender nuestros derechos. Aquí estamos y aquí seguiremos dando la batalla!!
La unidad sindical de UGT y CCOO ha estado este jueves escenificada en esas manifestaciones. Y la unidad también con tantas organizaciones sociales (de consumidores, asociaciones de vecinos, de padres…) que componen la plataforma Compromiso Social para el Progreso. Ahí hemos estado todos, y ahí seguiremos. Juntos, unidos, peleando codo a codo por algo en lo que creemos firmemente: que podemos salir de esta crisis de otra manera, que hay que buscar soluciones urgentes para los parados, para los mayores de 45 años, para los que ya no tienen nada que llevar a su casa, para los estudiantes que se están quedando en la cuneta sin poder cursar la universidad porque no tienen cómo pagarla, para los trabajadores convertidos en los nuevos pobres porque sus sueldos, que en muchos casos han bajado hasta un 50%, ya no cubren hipotecas, comidas, ropa… Ya no hay manera de cuadrar las cuentas más allá del día 15 de cada mes.
Queremos un nuevo rumbo para Europa. Es necesario y urgente un nuevo rumbo para Europa. No puede ser que los ricos sean hoy más ricos que al inicio de la crisis y el resto más pobres. ¿Cómo pretenden los gobernantes sacarnos de la crisis con empleos precarios y de baja calidad? ¿Cómo pretenden así poner de nuevo en movimiento la rueda del consumo, de la actividad económica? ¿Cuánto hace que uno de vosotros no cambia de coche? ¿Cuánto hace que no salís de vacaciones? ¿Cuántas veces habéis podido salir a cenar el último mes? Esto no se arregla si no ayudamos entre todos pero el embudo no puede ser más ancho para nosotros, los trabajadores y más estrecho para ellos, para gobernantes, empresarios, banqueros…
Exigimos una Europa social que sitúe la solidaridad en el centro de sus políticas, que ofrezca empleos de calidad con sueldos dignos y que garantice los servicios públicos y de protección social. Me indigno cuando algunos miembros del Gobierno hablan de fraude en el paro. ¿Fraude, qué fraude? ¿Están llamando delincuentes a los millones de españoles que están en desempleo? ¿Se creen que lo hacen por gusto? Quieren convertir el paro en un negocio y que las agencias privadas de colocación hagan caja. De nuevo, otra vez, sustituir los servicios públicos por la empresa privada. Y ojito porque estas agencias privadas de colocación no solo cobrarán dinero público, dinero de todos nosotros, es que además cobrarán a cada uno de los parados que acudan a ellas en busca de empleo.
Me indigno cuando veo las cifras del paro: once de cada cien parados andaluces tienen menos de 25 años. Hoy 117.000 jóvenes de nuestra tierra no tienen posibilidad de subirse al tren del mercado laboral. Se lo niegan con estas políticas restrictivas y asfixiantes. Y esa falta de oportunidades para trabajar es la que hace que cada vez haya más jóvenes que emigran. Exportamos nuestra formación, los mejores futuros médicos, ingenieros, científicos… se están marchando porque aquí se les niega la posibilidad de desarrollar su vida laboral.
Me indigno cuando oigo plantear la posibilidad de que los que supuestamente usen mal los servicios sanitarios sean castigados con multas como las de tráfico. ¿Perdón? ¿Multar por ir a urgencias? Es escandaloso! Las urgencias no están saturadas porque haya más pacientes, están saturadas porque los recortes también se han producido en personal. Menos sanitarios y los que hay con contratos al 75%. Si un paciente va a urgencias seguro que no es por gusto, es porque no le han resuelto su problema o porque su dolencia no tiene espera. Basta ya de jugar con algo tan básico como la sanidad. La salud está por encima de todo. Lo que tienen que hacer es mejorar la prevención y la educación, ya verán como eso da mejores resultados. Un buen servicio genera siempre un mejor uso de la sanidad pública y un ahorro para todos. No podemos permitir el desmantelamiento de los servicios públicos esenciales: la sanidad y la educación pública son intocables. Y la dependencia también y esa sí que nos la están tocando. En muchas comunidades está herida de muerte, aquí todavía conseguimos mantenerla a trancas y barrancas.
Estamos convencidos de que otra Europa es posible si la Unión Europea toma un camino distinto para salir de la crisis. Y para ello es necesario un plan de inversiones que cree empleo estable y de calidad. Con solo invertir durante diez años el 2% del Producto Interior Bruto se podrían generar, nada más y nada menos, que ONCE MILLONES DE EMPLEOS!! Y empleos de calidad en un ambiente en el que se respete el papel de las organizaciones sindicales así como la propia voz de los trabajadores. Sí, es verdad, estamos hablando de mucho dinero: de 250.000 millones de euros, el 2% del PIB. Pero resulta que lo que han invertido los Estados para rescatar a las entidades financieras es muchísimo mayor: UN BILLÓN DE EUROS!!! Es decir, rescatar a la banca ha costado cuatro veces más de lo que costaría generar once millones de empleos en Europa. ¿No es cómo para tenerlo en cuenta? ¿No es cómo para exigirlo? Once millones de empleos y de calidad, no es tan difícil conseguirlo.
Exigimos un plan de inversiones sostenible y de calidad: para los desempleados y para los jóvenes, para esos casi seis millones de jóvenes europeos menores de 25 años en paro. Son nuestros jóvenes y renunciar a lograr un empleo para ellos supone acabar con nuestras posibilidades de futuro. Es necesario invertir en una política económica basada en la investigación, el desarrollo, la innovación y la justicia social. Solo así podremos salir adelante.
La política de empleo europea no puede basarse en el trabajo precario y en las desigualdades. Lucharemos hasta la extenuación contra un sistema que pone a los trabajadores a competir sobre la base de la reducción de salarios, de condiciones de trabajo mediocres, de protección social insuficiente y de una fiscalidad injusta. Compañeros, nos queda mucho trabajo todavía por hacer. No os dejéis engañar con cantos de sirena, brotes verdes y palabras bonitas que maquillan la realidad. Aquí no hemos salido de la crisis, no los ciudadanos de a pie. Los ricos ganan hoy más pero no es porque la crisis se haya acabado es porque se han aprovechado de ella y de todos nosotros para aumentar sus arcas. No lo permitamos, luchemos para conseguir una Europa más solidaria. Una Europa sin desigualdades. Entre todos lo lograremos.
Carmen Castilla
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